10/30/2017

DESALAMBRANDO LOS RECUERDOS

Cuando conocí a Daniel Viglietti




Foto: Youtube



El haber crecido en la década de los 80´s, bajo todo el apogeo de la Revolución, era inevitable que no te enseñaran tus padres (más si ellos andaban en el movimiento revolucionario), alguna que otra canción que hubiese marcado, de manera importante, esa época.

Las injusticias sociales, la lucha del pueblo latinoamericano contra los dictadores, los crímenes atroces en contra de las mujeres y niños y muchos temas más, eran musicalizados y cantados por un sinnúmero de artistas, que guitarra en mano y con sus voces fuertes, denunciaban estas anomalías y le daban voz a los que no tenían.

Recuerdo desde mis 5 años, escuchar y cantar con mi madre, con mi tía Zaida, con mi hermana, canciones de Silvio, de Pablo, de Jara, de los Guaraguao, de don Luis y Carlos Mejía Godoy, del Grupo Pancasán, de muchos!... Me aprendí cada canción y a todo pulmón las cantaba, aunque en ocasiones no entendiera la letra de las mismas.

Me enamoré de las melodías, de los acordes de guitarras, de las percusiones, de los solos de flautas traversas, de las marimbas y de las diferentes voces que escuchaba, aún así no conociera al intérprete.

En la primaria muy común era, que se realizaran actos culturales en las escuelas y en donde todos los niños y niñas hacían gala de sus talentos. Muchos bailaban folklore, otros declamaban, otros hacían teatro (llamados en esa época sociodramas) y yo - que como siempre fui inquieta - cantaba.

Mi primer recuerdo en un escenario fue como a los 6 ó 7 años, cantando canciones rancheras de Pedrito Fernández, pero luego me enseñaron el tema Sólo digo compañeros, del cantautor uruguayo, Daniel Viglietti.


Un poco difuso el recuerdo, pero un día canté la canción y gané el primer lugar en mi escuela. Estaba emocionada!.

Ese mismo día me dijeron que por haber ganado, iría representando mi colegio al concurso zonal, donde eran más de 20 escuelas y que sería en la UPOLI. Me entraron nervios, los pies me temblaban porque en mi escuela yo cantaba sin miedo ya que todo mundo me conocía y no me daba pena, pero ya en otros espacios y con otra gente, era diferente!... Mi madre me preparó, recuerdo que me enseñó a darle mejor las vueltas a la canción, a respetar las pausas y a saber darle el final adecuado... Estaba lista.

Daniel Viglietti y Mario Benedetti según la carátula del disco
"A dos voces" (1985).
Extraída del blog Fogón Latinoamericano


Llegó el día y con un nudo en la garganta me fui con mi hermana al concurso, mi madre por su trabajo, no pudo acompañarme.

Entramos a la UPOLI (mi futura Alma Mater), fuimos a la Capilla donde sería el evento y más nerviosa me puse cuando vi al "chavalero" preparándose, estaba llenísimo!... Se me nubló la mente, me entró pánico escénico, la garganta se me secó, no quería cantar!!... Mi hermana me calmó y quién sabe qué me habrá dicho, que al final, agarré valor y subí a cantar.

De ese momento sí me acuerdo como si fuera ayer, subí al escenario, miré a todos fijamente, me temblaban las manos y las piernas mientras el maestro de ceremonia me presentaba... después de una pausa de segundos (que me parecieron minutos), abrí la boca y dije: "Mi nombre es Waleska Rocha y vengo representando al Edgard A. Arvizú y les voy a cantar la 'Mochila Azul' de Pedrito Fernández"... Todo mundo se puso a reír, porque ya habían dicho lo que iba a cantar y a mi hermana creo que casi le da un infarto por lo que dije... Pero eran sólo los nervios que me estaban traicionando!.

Entre las risas del 'respetable', comencé a cantar suavemente, tímida, muy bajo, pero poco a poco comencé a subir el tono, todo mundo se calló y se quedó escuchándome. Los nervios fueron desapareciendo y fui agarrando valor y seguridad en el escenario... canté con el alma!.

Al terminar, me aplaudieron como nunca. Era una niña de 7 añitos que acababa de cantar a capella, frente a un público desconocido y les gusté. Me bajé del escenario y lo primero que hice fue buscar a mi hermana aún con el corazón en la boca.

A la hora de la deliberación en canto, me dio mucha tristeza que quedé en segundo lugar, le dieron el primer lugar a un niño que cantó con guitarra, fue su ventaja.

Pero de todo aquella aventura infantil, me quedó el recuerdo del tema de Viglietti. Una canción que me estimuló a conocer más de la obra de este maravilloso cantautor uruguayo y de much@s más.

 "Sólo digo compañeros", para mi no es sólo una canción, es toda una historia, es la historia latinoamericana, es también mi historia.

Escucha, yo vengo a cantar
Por aquellos que cayeron.
No digo nombre ni seña,
Sólo digo compañeros.

Y canto a los otros,
A los que están vivos
Y ponen la mira
Sobre el enemigo.

Ya no hay más secreto,
Mi canto es del viento,
Yo elijo que sea
Todo movimiento.

No digo nombre ni seña,
Sólo digo compañeros.
Nada nos queda y hay sólo
Una cosa que perder.

Perder la paciencia
Y sólo encontrarla
En la puntería,
Camarada.

Papel contra balas
No puede servir,
Canción desarmada
No enfrenta a un fusil.






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