8/21/2008

Concierto de "La Calle" y "Cuerdas de Vinilo"



Este próximo viernes 22 de agosto, dos talentosas bandas nicaragüenses compartirán el escenario en una noche llena de música y pasión en el Centro Cultural Ruta Maya. Ambos grupos nos presentarán lo mejor de su repertorio con temas clásicos en inglés. "La Calle" y "Cuerdas de Vinilo" brindarán al público toda su energía a partir de las 8:30 PM.

Muchos éxitos, muchachos!!!.

8/14/2008

I Aniversario de "Café Concert".

El programa radial “Café Concert” del sello MOKA DISCOS, está de manteles largos celebrando el primer aniversario de haber salido al aire por la frecuencia 102.3 FM de Radio Universidad.

Un sábado 11 de agosto del 2007, las voces de Katia Cardenal– gerente de MOKA –y Waleska Rocha Cisne– Relacionista Público de la misma-, irrumpieron en los hogares de los nicaragüenses con un espacio variado de música nacional y del mundo. Un programa lleno de poesía hecha canción con sabor a pinol.

A un año de su inicio, Café Concert ha logrado calar en el gusto del público y establecerse como uno de los programas radiales sabatinos preferidos por la audiencia, cumpliendo así con el objetivo propuesto de rescatar, preservar y promover la música de nuestros artistas, así como también el de dar a conocer los trabajos musicales de cantautores de otros países.

La iniciativa de este proyecto fue en conjunto con el Lic. Luis López director de la Radio Universidad y la cantautora Katia Cardenal para contribuir a fortalecer la cultura musical de nuestro pueblo, debido a que en Nicaragua son pocos el apoyo y los espacios para difundir el arte de nuestros músicos. Este esfuerzo ha valido la pena, ya que a través de todo este año se ha conseguido mantener el interés y valoración de nuestra gente hacia los proyectos musicales autóctonos.

Cardenal y Rocha Cisne están haciendo historia dentro de la radio nacional, así como también de la cultura al brindar un espacio para que todos los músicos presenten sus propuestas y que el público oyente las conozca y las disfrute.

Para celebrar este primer año, Café Concert prepara un programa especial de dos horas, con la visita en cabina de varios artistas nacionales de renombre como Moisés Gadea, Salvador Cardenal, Elsa Basil, Cristyana, Clara Grun, Nina Cardenal y Vivian López de CHEKERE. El programa se realizará este próximo sábado 16 de agosto a partir de las 8 hasta las 10 AM.

Será un programa lleno de música, alegría y diversión en donde los oyentes podrán realizar sus llamadas, platicar con sus artistas o bien, visitar el set y ser parte del programa especial de Aniversario. Se estarán regalando discos a las personas que llamen y a las que lleguen a la Radio autografiados por sus artistas favoritos, así como también se rifarán entradas para el concierto de Katia Cardenal de esa noche en el Restaurante La Hora del Taco.

Recuerden, programa especial de Aniversario de Café Concert, por la frecuencia 102.3 FM. de Radio Universidad, este próximo sábado 16 de agosto a partir de 8 - 10 AM.

8/05/2008

El Cruce… Teatro para reflexionar.

Hace ya tanto tiempo - casi ocho años - que no iba a disfrutar de una de mis grandes pasiones: El Teatro.

Una noche de viernes fue - para mí - un reencuentro, una necesaria retroalimentación personal de ese mundo mágico, de ese mundo de sentimientos vivos y palpables, sentimientos con olor, sabor y color... Telones, escenografías y música que te hacen vibrar y ser parte de ello.

Una perspectiva mirada de la barrera metálica que separa la tierra, una barrera que separa los sueños y las metas de los seres que – con sudor y lágrimas – desean cruzar para lograr el “sueño americano”.

Silencio en la sala… un público expectante, de repente una luz tenue se asoma y poco a poco ilumina al campesino (Bayardo Hernández), sentado por encima de la barda con la mirada hacia el horizonte, como buscando su natal Nicaragua.

Nos visualiza y nos platica tristemente las historias de cómo es la horrorosa experiencia de cruzar al otro lado buscando una mejor vida. Llora, ríe, recuerda…

Una sencilla mesa de madera, platos, una vela encendida para alumbrar las desgracias, las desilusiones y los anhelos de la familia. Una joven (Amanda Polo), doblando ropa y haciendo “pelotas” los calcetines, con un rostro apagado, duro y desgarrado por su situación, por su vida. Harta del mal vivir, harta de no darle a sus hijos y a su madre (Alicia Pilarte), lo que necesitan, decide aventurarse en esa experiencia que según ella, la llevará a cumplir sus metas.

Discuten. Su madre, con el corazón en la boca, le pide no marcharse pero ella en su afán por mejorar, hace caso omiso a las súplicas de su progenitora y le pide que cuide de sus hijos en su ausencia.“Huye”, con miedo, dolor y angustia, pero decidida a llegar y triunfar en mundo totalmente desconocido.

Esperan el bus que los llevará a la frontera, se identifican con rapidez y cada uno se cuentan sus desdichas, sus temores y los objetivos de su viaje… dos jóvenes simpáticos (Bayardo Hernández y Silvio Pérez), ansiosos por el rumbo emprendido y el que emprenderán, se encuentran con esta joven mujer decidida que viene de la capital con un pañuelo en la cabeza, una mochila raída por el tiempo y unos cuantos dólares en su billetera.

En el público crece la ansiedad y la angustia – en mi caso - por ver el destino de estos muchachos y seguimos paso a paso cada expresión, cada gesto, cada palabra de estos tres aventureros.

Contra el viento viene la pobre madre con sus maletas y con la esperanza de poder llegar hasta su hija y protegerla como lo hizo de niña – y sus nietos?, me pregunto – se los había dejado a su compadre mientras ella regresara a salvo con su Claudia.

Preocupada, cansada, desgarrada, camina sin rumbo fijo pero con la certeza de que su instinto materno la ayudará a encontrar a su retoño.

Los meten en la cajuela de un vehículo - que por el contexto en escena deduzco una chatarra – como animales de granja sin espacio suficiente ni para respirar. Se oyen quejidos, gritos, sangre circular, latidos de corazones rotos por la incomodidad, por la presión social y por la presión de sus cuerpos “enlatados” como sardinas en el transporte que los llevará hacia la frontera.

Estridente sonido – salto de la silla - un choque fatal, un vuelco del destino y de la chatarra que provoca la muerte de los dos jóvenes apuestos que se enrumbaban hacia la “libertad”. Y en el suelo, herida y sangrando, Claudia lucha por su vida.

Sentimientos encontrados vienen a mí, tristeza, dolor, ansiedad, enojo… brotan de mis ojos lágrimas de sólo imaginarme estar en esa situación. Sigo atenta, con la mirada fija en el escenario, devorando cada detalle de la puesta.

La agarraron! – grito para mí – un gringo (Silvio Pérez), con aires de grandeza, toma por los brazos a esta joven frágil y herida, lanzándola con fuerza contra la barda – vuelven a salirme lágrimas -, gritándole y humillándola en inglés, apuntándole a la cabeza con un arma; Claudia hace lo que puede para comunicarse pero no la entiende.

Se congela la escena, se oscurece el escenario… aparece tenue la madre, con su maleta rogando encontrar a su hija. Pidiéndole señales e indicaciones de cómo llegar a ella… ruega, llora, ruega, llora…
Madre e hija conectándose a través del pensamiento, a través de la distancia, a través del amor. Y se hablan, se sienten, se oyen, se aman. Se aman profundamente y como en una especie de encuentro en un mundo paralelo, se juntan. Claudia le pide que deje de “clamarla” (llamarla), que ella está bien, que no se preocupe. Y la madre, accediendo a la petición de su hija, como para darle tranquilidad, deja de “clamarla” con un desgarrador llanto al final de la escena. Vuelvo a llorar.

De nuevo, el gringo, armado, humillando y presionando a la joven que hable, que le diga quién es, exigiéndole documentos y explicaciones. Aterrada, y rogando por un poco de piedad, Claudia comienza a sentir que el viaje ha llegado a su final, que su suerte está echada y que no hay vuelta atrás.

Comienza a reflexionar, a gritar el porqué decidió irse de su tan amada tierra y dejar a sus hijos y a su madre… se levanta firme y orgullosa – a pesar de las heridas físicas y espirituales – y al mostrar su fuerza y tesón, queda a oscuras el escenario y se oyen disparos – vuelvo a saltar de la silla – y se oye caer el cuerpo sin vida de la joven soñadora que lo único que quería era una vida mejor.

Solloza, inquieta, aparece la madre a través de la maya fronteriza, rogándole al “coyote” que la cruce porque siente y sabe que su hija está del otro lado. Al no lograr su cometido, se va contrayendo del dolor, de impotencia, de desesperación porque sabe que su hija muerta está y que no puede estar a su lado.

Los aplausos no se hicieron esperar, un caluroso público les acogió y les ovacionó la excelente interpretación de una situación real que vivimos. Cuatro actores cansados pero felices y satisfechos salen a dar las gracias y saludar a su público. Cuatro actores que han pasado más de seis meses preparándose y puliendo cada detalle de la obra para brindarnos, e informarnos de manera creativa, sobre los factores que inciden en el alto porcentaje de migración en nuestro país… una obra para reflexionar.

Al Teatro Justo Rufino Garay y a su elenco de actores, gracias por su iniciativa, gracias por ser comunicadores de una verdad que necesita ser solucionada… gracias por su arte.


Pintura: Irving Ríos